Los pasillos te extrañan, de mis despistes selectivos, que muy selectivos, se van desgranando las horas de estres en una interminable espiral de trabajos y exámenes finales, y de pronto en el mundo privado creado, efímero, y unipersonal de la música en audífonos, suenan esas notas, esa canción que me lleva al pasado, que siendo reciente se siente ya tan pretérito, y recuerdo donde estabas, cuando estabas, donde estabas... estábamos.
¿Qué fue de los sueños, de los planes, de las risas y de las promesas? hecho añicos, levemente los pedazos van configurando las heridas que fueron y son, las cicatrices que fueron y serán, como trozos de espejos que reflejan imágenes incompletas, rostros desgajados que a medias sonrisas y medias lágrimas van aceptando lo que resulta de un sí o un no, de una noche de insomnio o del tomar un camino diferente a otro.
¿Existe acaso un efecto mariposa? sí, ese efecto mariposa que desencadena tanto, y todo, por un simple cambio, una simple alteración... de esas alteraciones que fueron, hoy quedan decepciones, nostalgias, y de nuevo canciones y notas que duelen, letras que parecen escritas a modo para hacernos llorar, ¿o solo hacerme llorar?, que fue de nuestra vida, hoy es otra, y no sabemos que será mañana, las aves del destino que no ensucian el plumaje nos arrebatan, incluso con gracia, lo que tenian planeado y creímos siempre cierto, mientras las flores del tiempo se marchitan bajo caprichosas formas de las serpientes que las acechan, nuestras flores, nuestros minutos, de nuevo nuestros sueños.
Volverán los que se fueron, se irán los que vinieron, mi locurra arrasa con sus olas a mi corazón, que a pesar de todo no morí, sufri, pero no morí, y al sentir desfallecer siempre se levanto el sol de nuevo, y poco a poco, los petalos marchitos volaron, ceniza se hicieron, y los nuevos colores igual fueron acechados, pero siguen, y siguieron.
Si, se sienten solos los pasillos de la vida sin tí, y yo que te perdía sin saberlo, y tu que me perdías sin saberlo, las preguntas se estrellan con estrépito contra la pared, y sin embargo, sonrío, te sonrío, y del recuerdo con cariño, te desvaneces de nuevo entre lo urgente y las cuentas corrientes, te vas, fluyes, y de nuevo volverás a mi mente, lo sé.
Felicidad para tu vida, felicidad para la mia, algún día caminando y caminando seguro te encontraré.
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